La audiencia del Santo Padre León XIV a representantes de medios de comunicación del mundo tuvo lugar el lunes 12 de mayo, en la cuarta semana de Pascua. La transmisión de Vatican News comenzó con saludos y la descripción del evento que se desarrollaba en el Aula Pablo VI. El Papa León XIV recibía a los periodistas que llevaron al mundo la noticia de su elección como el 267º sucesor de Pedro, así como el cónclave tras el fallecimiento del Papa Francisco y los ritos de Semana Santa.
Se destacó la impresionante labor y despliegue de los más de 7,000 periodistas acreditados, calificando su trabajo logístico como encomiable por parte de la Santa Sede. Estos profesionales también siguieron con atención las actividades del Papa durante el fin de semana, incluyendo algunas no programadas.
El Pontífice había mantenido un encuentro con los cardenales donde explicó la elección de su nombre. Dijo que tomó el nombre de León XIII, quien defendió la dignidad, la justicia y el trabajo. Recordó que León XIII, con la Rerum Novarum, abordó la cuestión social en la primera revolución industrial. León XIV afirmó que hoy la Iglesia debe responder a otra revolución industrial y al desarrollo de la inteligencia artificial. Considera la elección de su nombre como un puente entre el pasado y el presente.
Entre las actividades destacadas del fin de semana se mencionó la visita sorpresa del sábado por la tarde a Yenatzano, donde se dirigió a orar ante la imagen de la Virgen Nuestra Señora del Buen Consejo en el santuario regentado por los religiosos de la orden de San Agustín. Esta imagen es muy querida por los agustinos y la visita fue en memoria de León XIII. Explicó a los fieles presentes en la parroquia que quiso ir allí en los primeros días de su nuevo ministerio para llevar adelante su misión como sucesor de Pedro. También mantuvo un encuentro privado con la comunidad agustina.
Otra sorpresa fue, a las 7:05 de la tarde a su regreso de Yenatzano, la visita del Papa a la Basílica de Santa María La Mayor para rendir homenaje y rezar ante la tumba del Papa Francisco. Permaneció unos momentos en silencio y colocó una rosa blanca sobre el mármol con la inscripción grabada «Franciscus». También realizó una oración ante la Salus Populi Romani, el icono mariano que, según la tradición, fue pintado por San Lucas. Cientos de personas que estaban en la basílica fueron tomadas por sorpresa por la llegada del recién elegido Papa.
La mañana del domingo trajo otra sorpresa: el Papa acudió a las Grutas Vaticanas para celebrar la misa en el altar junto a la tumba de Pedro. Concelebró con el prior general de la Orden de San Agustín, el padre Alejandro Moral Antón. Al final de la misa, el Papa se detuvo a rezar ante las tumbas de sus predecesores y ante el nicho de los palios. Puntualmente al mediodía, se asomó desde la logia central de la Basílica de San Pedro para el rezo del Regina Coeli. Una multitud de fieles lo esperaba para la oración mariana; 100,000 fieles siguieron la locución y el rezo en la Plaza de San Pedro, según informaron fuentes vaticanas.
Al iniciar su discurso en la audiencia, el Santo Padre León XIV dio la bienvenida a los representantes de los medios de comunicación del mundo y agradeció el trabajo que han realizado y realizan, calificando este tiempo para la iglesia como esencialmente un tiempo de gracia. Citó el sermón de la montaña de Jesús: «Bienaventurados los que trabajan por la paz». Afirmó que esta es una bienaventuranza que interpela y concierne a todos, llamando a cada uno al compromiso de perseguir una comunicación distinta. Esta comunicación no debe buscar el consenso a toda costa, ni revestirse de palabras agresivas, ni abrazar el modelo de la competición, ni separar nunca la búsqueda de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla. La paz comienza en cada uno de nosotros, en la forma en que miramos a los otros, escuchamos a los demás y hablamos de los demás.
El Papa fue enfático al decir no a la guerra de palabras, de las imágenes, y a rechazar el paradigma de la guerra en la comunicación. En este sentido, reiteró la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por buscar e informar sobre la verdad y pidió su liberación. La Iglesia reconoce en estos testimonios, particularmente en quienes relatan la guerra incluso a costa de su vida, el valor de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres. El sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, llamando a todos a salvaguardar el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa.
Agradeció a los medios por su servicio a la verdad, por haber estado en Roma para contar la iglesia, su variedad y unidad, y por haber acompañado los ritos de la Semana Santa y contado el dolor de la muerte del Papa Francisco, que sucedió a la luz de la Pascua. Mencionó que esa misma fe pascual los introdujo en el espíritu del cónclave, días que fueron agotadores para los medios. Agradeció porque supieron narrar la belleza del amor de Cristo que une a todos. Señaló que vivimos tiempos difíciles que recorrer y narrar, lo que representa un desafío para todos, del que no debemos huir, sino que nos pide, en nuestras diferentes funciones, no ceder nunca a la mediocridad. La iglesia debe aceptar el desafío del tiempo y del mismo modo no puede haber una comunicación y un periodismo fuera del tiempo y de la historia, como recuerda San Agustín al decir «Vivamos bien y los tiempos serán buenos; nosotros somos los tiempos».
Un Reto Clave: Promover una Comunicación de Paz
Agradeció a los medios por lo que hicieron para salir de los estereotipos y lugares comunes con los que solemos leer la vida cristiana y la vida misma de la iglesia, y por haber logrado captar lo esencial de lo que somos y transmitirlo al mundo entero. Identificó como uno de los retos más importantes promover una comunicación capaz de sacarnos de la torre de Babel, de la confusión de lenguaje sin amor, a menudo ideológicos o sectarios. Por lo tanto, consideró que el servicio de los medios, con las palabras que utilizan y el estilo que adoptan, es importante. La comunicación, en efecto, no es solo transmisión de información, sino creación de una cultura, de entornos humanos y digitales que se convierten en espacios de diálogo y confrontación.
Teniendo en cuenta la evolución tecnológica, esta misión se hace aún más necesaria. Pensó en particular en la inteligencia artificial con su inmenso potencial, que exige sin embargo responsabilidad y discernimiento para orientar las herramientas por el bien de todos, de modo que puedan producir beneficios para la humanidad. Esta responsabilidad concierne a todos, en proporcionalidad a sus roles sociales.
El Papa expresó el deseo de que, con el tiempo, se conozcan mejor. Comentó que han vivido días muy especiales juntos, compartidos a través de todos los medios: televisión, radio, web, redes sociales. Le gustaría que cada uno pudiera decir de ellos que revelaron una pizca del misterio de nuestra humanidad y dejaron un anhelo de amor y de paz. Por eso, repitió la invitación que hizo el Papa Francisco en su último mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales: desarmemos la comunicación de todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio; purifiquémosla de agresividad. No sirve una comunicación fragorosa y muscular, sino una comunicación capaz de escuchar, de recoger la voz de los débiles, que no tienen voz. Desarmemos las palabras y contribuiremos a desarmar la tierra. Una comunicación desarmada y desarmante permite compartir una visión diferente del mundo y actuar de forma coherente con nuestra dignidad humana.
Pidió a los periodistas que elijan con conciencia y valentía el camino de una comunicación de paz, ya que están en primera línea para narrar los conflictos y esperanzas de paz, las situaciones de injusticia y pobreza, y el trabajo silencioso de tantos por un mundo mejor. Agradeció a todos y les deseó la bendición divina.
Al final de la audiencia, tras un fervoroso aplauso de los representantes de medios, el Santo Padre bajó las escalinatas del Aula Pablo VI y se acercó a saludar a miembros del Dicasterio para la Comunicación, incluyendo al prefecto doctor Paolo Rufini, al secretario Monseñor Lucio Adrián Ruiz, al director Andrea Tornieli, al director del Observatorio Romano Andrea Monda, a la directora teológica pastoral Natasha Gobar y a Francesco Mayhi de dirección técnica. También saludó a periodistas italianos presentes. Se informó que entregó un rosario a cada uno.
Se dio a conocer el lema y el escudo del Papa León XIV. El lema es «In hilo uno unum». Se explicó que estas son palabras que pronunció San Agustín en la exposición del Salmo 127 para explicar que aunque los cristianos sean muchos, en el único Cristo son uno. El Papa ha confirmado el escudo precedente, el elegido para su consagración episcopal, así como el lema. En una entrevista anterior, el entonces cardenal Prebost había explicado que la unidad y la comunión forman parte del carisma de la Orden de San Agustín y de su forma de actuar y pensar. Considera fundamental promover la comunión en la iglesia, recordando que comunión, participación y misión son las tres palabras clave del sínodo. Por lo tanto, como agustino, promover la unidad y la comunión es fundamental; San Agustín habla mucho de la unidad en la iglesia y de la necesidad de vivirla.
Se recordó que el primer domingo de su servicio como obispo de Roma coincidió con el Domingo del Buen Pastor, el cuarto del tiempo de Pascua, considerándolo un don de Dios. El Papa saludó a Tatjana Campisi y quiso acercarse a todos los que han estado colaborando para llevar las noticias a los últimos rincones de la tierra. Recordó la jornada por las vocaciones y alentó a los jóvenes a no tener miedo de aceptar la invitación de la iglesia, pidiendo que puedan contar con modelos creíbles de entrega generosa. Aludió a los conflictos del mundo y recordó la inmensa tragedia de la Segunda Guerra Mundial que terminó. Saludó al Padre Federico Lombardi, quien dirigió por años la Radio Vaticana, el Centro Televisión Vaticano y la Oficina de Prensa Vaticana. Se mencionó que el jubileo de las iglesias orientales inició el 12 de mayo hasta el 14 de mayo. Entre las próximas actividades del pontífice, recibirá en audiencia al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede el viernes 16. La transmisión concluyó con agradecimientos de Griselda Mutual en nombre de la redacción.