Resumen: No hay evidencia oficial de que el Papa León XIV (Robert Francis Prevost) haya sufrido un accidente que le lesionara la mandíbula ni de que su manera de sonreír se deba a alguna secuela física. La historia de que “no ríe” por una fractura mandibular proviene de publicaciones no oficiales en redes sociales, sin respaldo en fuentes vaticanas o médicas. En cambio, análisis de expertos señalan que su sonrisa discreta refleja timidez y emoción contenida, rasgos de personalidad más que un problema médico. A continuación detallamos lo investigado en fuentes confiables.
El rumor de un accidente mandibular en su pasado
En días posteriores a su elección, circuló en redes sociales una supuesta historia indicando que, cuando era obispo, Prevost se habría lastimado gravemente la mandíbula al salvar a una niña en un accidente. Según esos mensajes virales, la caída le provocó “una fractura permanente en la mandíbula” que le impediría reír con normalidad . Esta anécdota se difundió con rapidez bajo etiquetas como #PapaLeonXIV, presentándose como la “razón por la que el Papa no ríe”. Sin embargo, no se ha encontrado ninguna fuente periodística seria, entrevista o comunicado oficial que confirme tal incidente.
Es importante destacar que esta historia no aparece en la biografía oficial del Papa ni en perfiles confiables sobre su vida. Por ejemplo, el portal de noticias del Vaticano resume el recorrido de Robert Prevost (misionero en Perú, obispo de Chiclayo, prefecto del Dicasterio para los Obispos, etc.) sin mencionar ningún accidente ni lesión física relevante en su pasado . Tampoco en entrevistas conocidas o en declaraciones del entorno cercano del Papa se hace referencia a una fractura de mandíbula o a dificultades para sonreír.
Ausencia de respaldo en fuentes oficiales o médicas
La prensa vaticana y los medios de comunicación acreditados han cubierto ampliamente la elección de León XIV y su biografía, sin aludir jamás a un trauma facial. No existe registro de un parte médico oficial ni comunicado de la Santa Sede que indique que el Santo Padre padezca secuelas de una lesión mandibular. De hecho, los esfuerzos de verificación de datos se han enfocado en otros bulos en torno al nuevo pontífice –por ejemplo, falsas acusaciones de encubrimiento de abusos–, mas no han reportado nada sobre un supuesto accidente físico de este tipo . Esto sugiere que la historia de la fractura de mandíbula no proviene de círculos oficiales, sino más bien de la inventiva de internet.
Cabe mencionar que sí existen anécdotas médicas menores documentadas, pero sin relación con su sonrisa. Un caso llamativo es el de su dentista en Chiclayo (Perú): el Dr. Edinson Reyes contó que Prevost tuvo que repararle dientes en al menos tres ocasiones debido a que el entonces obispo se rompió algunas piezas al comer cuy (conejo de Indias) con hueso, plato típico que era de sus favoritos . Estas incidencias dentales fueron resueltas sin mayor consecuencia y no implican fractura de mandíbula ni afectaron su expresión facial. Son, más bien, curiosidades que ilustran la cercanía de Prevost con la cultura local peruana, antes que problemas de salud serios.
La “sonrisa contenida” de León XIV explicada por su personalidad
Lejos de atribuirla a una lesión, especialistas en lenguaje no verbal han interpretado la particular sonrisa del Papa León XIV como reflejo de su carácter reservado, humilde y emocionado. Durante su primera aparición pública en el balcón del Vaticano, se le vio sonriendo de forma leve, sin mostrar los dientes abiertamente. Analistas describieron esa expresión como una “sonrisa contenida, de gratitud” que denota bondad y agradecimiento, aunque manteniendo los labios juntos en señal de emociones bajo control . En otras palabras, su gesto sonriente sería comedido porque estaba profundamente conmovido por el momento, no porque físicamente no pudiera sonreír más.
En un artículo de La Razón, la experta Valvanuz Sánchez observó que Prevost mostró cercanía en la mirada pero contención en los labios, interpretándolo como señal de nervios del momento y humildad ante la enorme responsabilidad . De modo similar, el especialista Hugo Lescano destacó la sonrisa sutil de León XIV en su saludo inicial, viéndola como un “puente de conexión emocional” con los fieles, propio de alguien empático pero de personalidad tímida . Estas lecturas profesionales no mencionan impedimento físico alguno; por el contrario, retratan al Papa como un hombre emocionalmente contenido, en quien la alegría se manifiesta de forma moderada y serena acorde a su temperamento.
Conclusión: un rumor sin fundamento comprobable
En síntesis, no hay indicios confiables de que la expresión sonriente de León XIV se deba a un accidente de mandíbula previo. Ninguna fuente oficial del Vaticano, biografía autorizada o testimonio cercano valida esa historia. Todo apunta a que se trata de un rumor infundado surgido en redes sociales y cadenas de mensajería, posiblemente con la intención de presentar al Papa bajo una luz heroica o conmovedora, pero sin base real en hechos documentados.
Por el contrario, lo que sí han constatado diversas fuentes es que el Papa sonríe de forma recatada por naturaleza. Su ligera sonrisa ha sido interpretada como signo de modestia, agradecimiento y control emocional, acordes con su personalidad reflexiva y humilde, no como resultado de una limitación física . Hasta la fecha (mayo de 2025), León XIV no ha declarado nada al respecto de su sonrisa ni ha mencionado haber sufrido tal lesión. Por tanto, no existe evidencia médica ni testimonial que vincule su actual gesto facial con un trauma antiguo. En ausencia de datos verificados, lo más prudente es descartar esta historia de la fractura de mandíbula como un mito de internet y reconocer que la forma de sonreír del Papa se debe, sencillamente, a su manera de ser y sentir, y no a un accidente.