Medalla Milagrosa, Escapulario Verde y Escapulario Rojo: Historia y Significado

Medalla Milagrosa, Escapulario Verde y Escapulario Rojo: Historia y Significado

Los tres sacramentales que aquí se analizan –la Medalla Milagrosa, el Escapulario Verde y el Escapulario Rojo– tienen un origen similar: aparecieron en el siglo XIX, en Francia, a través de revelaciones extraordinarias transmitidas por religiosas de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Cada uno apareció en distintos lugares y circunstancias, pero todos comparten un fuerte vínculo mariano-vicentino y están dedicados a la conversión de las almas y la misericordia divina. A continuación se detalla el contexto histórico, la vida de las videntes, los lugares de aparición, elementos comunes y el valor espiritual de cada sacramental, apoyado en fuentes eclesiásticas y documentos de la época.

Medalla Milagrosa (1830)

Contexto histórico

Francia a comienzos del siglo XIX era un país marcado por las heridas de la Revolución y las guerras napoleónicas. La Iglesia Católica vivía un proceso de restauración tras la década de secularización revolucionaria. En este ambiente de religiosidad renovada, en 1830 tuvo lugar la primera aparición mariana relacionada con la Medalla Milagrosa: mientras el dogma de la Inmaculada Concepción aún no se había proclamado oficialmente, María se mostró a una joven Hija de la Caridad, revelándole un diseño que reconocería la pureza de su Corazón .

Santa Catalina Labouré (1806–1876)

Catalina Labouré nació el 2 de enero de 1806 en Fain-les-Moutiers (Francia) y quedó huérfana de madre a los nueve años . De niña ayudó en las tareas de la granja familiar y en la atención a los enfermos; desde joven sintió inclinación religiosa. En 1830 pidió ingresar a las Hijas de la Caridad en París; el 21 de abril de 1830 llegó al noviciado de la Casa Madre en la Rue du Bac . Tenía entonces 24 años. Durante su noviciado recibió una serie de apariciones de San Vicente de Paúl y de Cristo (visiones de los corazones de san Vicente y del Señor Eucaristía) que confirmaron su vocación vicenciana, y pidió en su corazón ver a la Santísima Virgen .

Apariciones en Rue du Bac (París)

El 18 de julio de 1830, víspera de la fiesta de san Vicente de Paúl, la Virgen María se le apareció a Catalina en la capilla de la Rue du Bac, rodeada de luz y acompañada de un niño guía. En esa primera visión no hubo palabras registradas, pero María anunció que seguiría manifestándose. La segunda aparición ocurrió el 27 de noviembre de 1830 en el mismo lugar, durante su meditación diaria: la Virgen se presentó de pie sobre el mundo, con las manos extendidas, ofreciendo rayos de gracia, y alrededor de la visión Catalina vio escritas las palabras «¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!» . En esa aparición Nuestra Señora le instruyó: “Haced una medalla según este modelo… Quienes la lleven con confianza recibirán abundantes gracias” . Finalmente, en diciembre de 1830 (día incierto, durante el mismo mes) Catalina tuvo la tercera visión, en la cual la imagen se le apareció al pie del altar y la Virgen reiteró el significado de las rayos como símbolos de las gracias obtenidas para quienes la pidan con confianza . Estas tres apariciones (julio, noviembre y diciembre de 1830) definieron el diseño y la invocación de la Medalla Milagrosa.

Aprobación eclesiástica y difusión

Tras las visiones, Catalina guardó el secreto sobre su papel en estas apariciones; la medalla fue acuñada en 1832 con “la debida aprobación eclesiástica” , presumiblemente con permiso del obispo de París. Se distribuyeron las primeras medallas durante la epidemia de cólera de 1832 en París, y pronto comenzaron a atribuirse a ella numerosas curaciones y conversiones, de donde viene su apelativo de “Milagrosa”. En 1836 se llevó a cabo una investigación canónica por orden del arzobispo de París, cuyo informe concluyó que “la Medalla era de origen sobrenatural, y que las maravillas que operaba a través de ella eran genuinas” . A partir de entonces la devoción creció rápidamente por toda Francia y el mundo, consolidada por la Pía Asociación de la Medalla Milagrosa.

Santa Catalina Labouré murió en 1876 en Enghien (París). Fue beatificada por el papa Pío XI el 28 de mayo de 1933 y canonizada por el papa Pío XII el 27 de julio de 1947 . Su causa de santidad procedió por su vida virtuosa y los múltiples milagros atribuidos al uso de la medalla que ella propició.

Significado y uso del sacramental

La Medalla Milagrosa representa a la Inmaculada Concepción de María: en el anverso muestra a la Virgen de pie sobre el globo terráqueo, aplastando la serpiente (símbolo del Mal), con rayos de gracia saliendo de sus manos, junto a la leyenda “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti” . El reverso lleva la letra “M” coronada con una cruz (unión de Cristo y su Madre) rodeada de doce estrellas, y los dos corazones unidos –el de Jesús coronado de espinas y el de María traspasado por una espada– que aluden a la profecía de Simeón sobre los dolores de María .

Espiritualmente, la medalla es un sacramental de protección y de consagración al Corazón Inmaculado de María. Muchos testimonios señalan que quien la lleva con fe obtiene gracias de conversión, curaciones y consuelo en la muerte. La Iglesia promueve su uso mediante la bendición de la medalla por un sacerdote; tradicionalmente también se puede rezar la jaculatoria grabada en ella pidiendo la intercesión de María Inmaculada. El simbolismo de la medalla se reafirmó con la declaración del dogma mariano en 1854: la Virgen se presentó a Catalina “con el año 1830 sobre la esfera” y proclamándose Inmaculada cuando se cumplió el dogma de su Inmaculada Concepción . En suma, la Medalla Milagrosa (consagrada el 27 de noviembre en el Calendario litúrgico) es vista como un canal de abundantes gracias maternal de María para la conversión y protección de los fieles.

Escapulario Verde (1840)


Contexto histórico

Diez años después de las apariciones de la Rue du Bac, Europa seguía inmersa en renovadas prácticas devocionales. El movimiento de culto al Corazón de María crecía tras el dogma proclamado en 1854, y en 1840 nuestra Dama volvió a intervenir en la Compañía de las Hijas de la Caridad. Esta vez su mensaje se centró en la misericordia y la conversión de los que estaban alejados de la fe.

Sor Justine Bisqueyburu (1817–1903)

Marie-Justine Bisqueyburu nació el 11 de noviembre de 1817 en Mauléon (Pirineos Atlánticos, Francia) . Huérfana de niña, fue educada por su tía materna, quien le inculcó una devoción intensa al Corazón de María y la caridad hacia los pobres. En enero de 1840 ingresó al noviciado de las Hijas de la Caridad en París (Rue du Bac) . Destacó por su humildad, piedad y alegre servicio a los enfermos. Durante su noviciado vivió varias visiones de la Virgen preparatorias: el 28 de enero de 1840, mientras rezaba ante la estatua de la Inmaculada del noviciado, vio a María vestida de blanco con manto azul y el Corazón envuelto en llamas resplandecientes . En estas primeras apariciones la Virgen no habló, pero Confirmaron en Justine su misión mariana.

Apariciones del Escapulario Verde

El momento culminante ocurrió el 8 de septiembre de 1840, fiesta de la Natividad de María, ya asignada Justine a la comunidad de Blangy (Seine-Maritime) . Ese día, según los relatos, la Virgen se apareció con el hábito blanco y el manto azul habituales, sosteniendo en su mano izquierda un escarapulario de color verde de diseño especial. Este escapulario era un solo cuadrado de tela verde con cordones (a diferencia de los escapularios tradicionales de dos piezas), y llevaba en el anverso la imagen de la Virgen mostrando su Inmaculado Corazón (tal como ella misma había aparecido a Justine). En el reverso aparecía un corazón llameante atravesado por una espada, coronado por una cruz, alrededor del cual se leía la jaculatoria: «Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte» .

Interiormente, Justine comprendió el mensaje: la Santísima Virgen le enseñó que este Escapulario Verde sería “un poderoso instrumento para la conversión de almas, particularmente aquellas que no tienen fe” . María pidió que se difundiera ampliamente este sacramental para alcanzar gracias especiales de misericordia, prometiendo en especial “la gracia de morir en estado de gracia” a quienes lo lleven con fe y oración . Con ello quedó sellada la misión evangelizadora de Justine: enseñar el uso del escapulario como signo de la ternura maternal de la Virgen hacia los pecadores.

Aprobación eclesiástica

Después de las apariciones, Justine informó a sus superiores y a su director espiritual, el P. Jean-Marie Aladel. Al principio hubo recelo, pero con el tiempo las autoridades eclesiásticas reconocieron la autenticidad de las revelaciones. La propagación del Escapulario Verde no requirió la fundación de una cofradía especial ni ceremonia de imposición; basta que un sacerdote lo bendiga y se lleve con devoción . El Papa Pío IX autorizó su fabricación y uso en 1863 y lo reafirmó en 1870, indicando a las Hermanas: “las autorizo para hacerlos y distribuirlos” . También el arzobispo de París contribuyó a su difusión. Posteriormente, el papa Pío XI apoyó la devoción al escapulario verde, elevando su perfil dentro de la Iglesia.

Justine Bisqueyburu murió el 28 de julio de 1903 “en olor de santidad” en Carcasona (Francia) . Aunque nunca fue beatificada oficialmente, su legado perdura en las conversiones atribuidas al uso del escapulario verde. Su figura es recordada por la Iglesia francesa como un ejemplo de vida escondida y devoción mariana.

Significado y uso del sacramental

El Escapulario Verde simboliza el Corazón Inmaculado de María. Representa la confianza en la misericordia de la Virgen para con quienes dudan o se han alejado de Dios. Su estructura (un solo cuadro de tela en lugar de dos) resalta que su eficacia depende “de la fe y la confianza con que se use” . Se recomienda que cada escapulario sea bendecido por un sacerdote. La persona lo puede llevar sobre el pecho o, en caso de dificultad, colocarlo junto con sus pertenencias, rezando día a día la jaculatoria inscrita (Inmaculado Corazón de María…) . Quienes han promovido esta devoción aseguran que la Virgen concedió gracias de conversión, retornos a la fe y una muerte en paz a muchos fieles que confiaron en el escapulario verde . En la liturgia se celebra a Nuestra Señora del Corazón de María el 31 de mayo (memoria de Justine) y, por extensión, el escapulario verde se asocia a esa festividad como signo de la cercanía maternal de María hacia las almas necesitadas.

Escapulario Rojo (1846)


Contexto histórico

En la misma época de las devociones al Corazón de María también surgieron símbolos orientados al sufrimiento redentor de Cristo. En 1846, en la diócesis de Troyes (Francia), Jesús reveló un nuevo escapulario vinculado a la Pasión. Este acontecimiento continuó la serie de manifestaciones divinas que el pueblo católico francés experimentaba en el siglo XIX, unido a la tradición vicenciana de entrega a los demás.

Sor Apolline (Louise-Apolline) Andriveau (1810–1895)

Luisa-Apolline Andriveau nació el 7 de mayo de 1810 en Pourcain (centro de Francia) en el seno de una familia campesina. Ingresó siendo joven como Hija de la Caridad, tomando el nombre de Sor Apolline. Fue asignada a la Casa de Montolieu en Troyes, donde servía a los enfermos y ancianos. Se caracterizó por una gran piedad en la oración, especialmente la meditación de la Pasión de Cristo.

Apariciones en Troyes (1846)

El 26 de julio de 1846, día de la memoria litúrgica de san Joaquín (abuelo de Jesús), se produjo la primera manifestación: al subir a la capilla antes de la bendición del Santísimo, Sor Apolline percibió la presencia de Jesucristo cargando un escapulario rojo. En la visión, Jesús sostenía en su mano derecha un Escapulario Rojo de la Pasión –un trozo de tela encarnada– decorado con la imagen de la Crucifixión y los instrumentos de la Pasión (flagelos, cruz, lanza, martillo, etc.) . Alrededor del Crucifijo del escapulario se leía la frase: “Santa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, sálvanos” . En el otro lado del escapulario se veían los Sagrados Corazones de Jesús (traspasado) y de María (con doce estrellas), unidos por una cruz, con la inscripción: “Sagrados Corazones de Jesús y María, protégenos” .

Luego, en otra aparición (un domingo haciendo el Viacrucis, en la XIII estación), Sor Apolline sintió que la Virgen le daba el cuerpo de Cristo y Jesús le hablaba: “El mundo se pierde porque no piensa en mi Pasión; haz lo posible por salvarlo”. Estas apariciones se repitieron varias veces hasta mediados de 1847. Jesús prometió que quienes lleven el escapulario rojo fielmente y mediten la Pasión tendrían una gran abundancia de fe, esperanza y caridad especialmente cada viernes , y el Perdón de los pecados (remisión de culpas) todos los viernes. En síntesis, el mensaje del escapulario rojo es invitar a la contemplación de los sufrimientos de Cristo como camino de conversión: “¿Quién podrá resistir a un Dios expirando por amor a los hombres?”, dijo Jesús a Sor Apolline .

Aprobación eclesiástica

La difusión prudente de este evento culminó con la aprobación papal: tras examen del caso, el papa Pío IX autorizó «la propagación del Escapulario de la Pasión» el 25 de junio de 1847 . De este modo la Iglesia reconoció oficialmente que el escapulario rojo era un sacramental válido. La Diócesis de Troyes y las Hijas de la Caridad promovieron entonces la devoción, favoreciendo que las religiosas y los laicos puedan usarlo tras la bendición e incluso rezar la Oración del Escapulario Rojo, que contiene las promesas formuladas por Jesús durante las visiones.

Sor Apolline Andriveau murió el 27 de septiembre de 1895 (según registros de las Hijas de la Caridad ) después de muchos años de servicio en Francia. Al igual que Sor Justine, vivió en el anonimato sin revelar su misión pública. No existe actualmente ningún proceso formal de beatificación o canonización abierto para ella. Su memoria se celebra en la órbita vicenciana pero no está inscrita en el calendario litúrgico universal.

Significado y uso del sacramental

El Escapulario Rojo de la Pasión es un signo de la solidaridad con los sufrimientos de Cristo y del Cuerpo Místico de la Iglesia. Se lleva sobre el pecho (una pieza colgada de cintas rojas) como recordatorio de que hay que mantener viva la devoción a la Pasión redentora de Jesús. Espíritu católico enseña que quienes lo usan con fe –y reflexionan en los misterios de la Pasión– reciben “un gran aumento de Fe, Esperanza y Caridad” cada viernes . Para beneficiarse de sus gracias, el escapulario debe ser bendecido por un sacerdote. En la oración popular se suele rezar la llamada Oración del Escapulario Rojo, pidiendo protección de los Sagrados Corazones de Jesús y María, como enseña la devoción original.

En el uso, el escapulario rojo no es un “amuleto” sino un instrumento de conversión: invita a los fieles a considerar el costo del amor divino manifestado en la Cruz . Ayuda a santificar los viernes (día tradicional de veneración de la Pasión) con indulgencia, en recuerdo de las promesas reveladas a Sor Apolline. Es una forma gráfica de orar por la paz del mundo y la unión con Cristo crucificado.

Elementos comunes entre los sacramentales

  • Origen vicentino-mariano: Los tres sacramentales surgieron dentro de la espiritualidad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en Francia. Tanto Catalina Labouré, Justine Bisqueyburu como Apolline Andriveau eran religiosas vicencianas consagradas al servicio de los enfermos y pobres, a quienes la Santísima Virgen (o Jesús en el caso del escapulario rojo) se apareció revelándoles un signo de piedad.
  • Apariciones privadas: Todos fueron revelados por revelación privada recibida en un contexto de oración (cada vidente rezaba en una capilla), en fechas concretas (1830, 1840, 1846) y lugares vinculados a la Congregación (Rue du Bac, Blangy, Troyes). Estas apariciones no formaron parte del dogma público, sino de la piedad popular, y sus contenidos –imágenes y promesas– quedaron consignados en la devoción de la Iglesia.
  • Símbolos marianos y cristológicos: La Medalla Milagrosa y el Escapulario Verde aluden directamente a María Inmaculada (incluso con su Corazón), mientras el Escapulario Rojo resalta la Pasión de Cristo junto a los Sagrados Corazones de Jesús y María. Los tres presentan imágenes: la medalla tiene anverso y reverso con iconografía mariana, el escapulario verde con la Virgen y su Corazón, y el rojo con la Cruz y los corazones. En todos aparece el mensaje de confiar en la misericordia divina.
  • Promesas de gracia: Cada sacramental viene acompañado de promesas espirituales: la Medalla Milagrosa derrama “gracias por montones” a los que la llevan con confianza; el Escapulario Verde fomenta conversiones y promete “muerte feliz” (gracias de una buena muerte) ; el Escapulario Rojo otorga indulgencias de los pecados los viernes y aumenta las virtudes teologales . En todos se subraya la petición de fe al portarlo: las gracias dependen de la fe con que se use el sacramental (La Virgen lo prometió “por nuestra fe” ).
  • Difusión sencilla: Ninguno de los tres exige ritos complicados: basta la bendición de un sacerdote y llevarlos con devoción. Ninguno requiere investidura formal con hábito religioso (a diferencia del escapulario del Carmelo, por ejemplo). Además, todos se comparten entre laicos y consagrados sin restricción: la medalla y los escapularios no pertenecen a una asociación cerrada. Esto facilita su uso popular general.

Cronología de eventos relevantes

A continuación se resumen en orden cronológico los hitos más importantes relacionados con la Medalla Milagrosa, el Escapulario Verde y el Escapulario Rojo:

  • 2 enero 1806: Nace Catalina Labouré en Fain-les-Moutiers, Francia .
  • 7 mayo 1810: Nace (Luisa-)Apolline Andriveau en Pourcain, Francia.
  • 11 noviembre 1817: Nace Justine Bisqueyburu en Mauléon, Francia .
  • 21 abril 1830: Catalina entra en noviciado de Hijas de la Caridad en la Rue du Bac (París) .
  • 19 de julio 1830 (noche del 18 al 19): Primera aparición mariana a Catalina en Rue du Bac .
  • 27 noviembre 1830: Segunda aparición a Catalina en Rue du Bac; se le revelan el diseño y la jaculatoria de la Medalla .
  • diciembre 1830: Tercera aparición a Catalina en Rue du Bac; se concluye la misión de la Medalla .
  • 1831–1832: Catalina toma el hábito (enero 1831) y presta primeros votos (abril 1833) en Enghien, Francia. Primeras medallas acuñadas en 1832 “con la debida aprobación eclesial” .
  • 1836: Investigación canónica ordenada por el arzobispo de París concluye que las apariciones y milagros de la Medalla son auténticos .
  • 1832–1836: Distribución masiva de la Medalla Milagrosa durante epidemias y conversión de miles de fieles en Francia y el exterior. Se comienza a popularizar su veneración.
  • 28 enero 1840: Primera aparición de la Virgen a Justine Bisqueyburu en la capilla de Rue du Bac, mostrando su Corazón .
  • 8 septiembre 1840: Segunda aparición a Justine en Blangy; la Virgen entrega el Escapulario Verde y promete conversiones y una “muerte feliz” a sus devotos .
  • 26 julio 1846: Primera aparición de Jesús a Sor Apolline Andriveau en Troyes, con el Escapulario Rojo en la mano .
  • 14 septiembre 1846: (Festividad de la Exaltación de la Cruz) Jesús vuelve a instruir a Sor Apolline sobre el Escapulario Rojo; establece la promesa de gracias los viernes .
  • 25 junio 1847: El Papa Pío IX aprueba oficialmente la propagación del Escapulario Rojo de la Pasión .
  • 1854: Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción de María, confirmado años después por las revelaciones de Rue du Bac .
  • 1863: Pío IX autoriza la fabricación y uso del Escapulario Verde .
  • 1870: Pío IX reafirma su aprobación al Escapulario Verde .
  • 1876: Muere Santa Catalina Labouré (31 diciembre) en Enghien, Francia .
  • 28 junio 1895: Muere Sor Apolline Andriveau en Francia (según registro de la Congregación) .
  • 28 julio 1903: Muere Sor Justine Bisqueyburu en Carcasona, Francia (se informa que “en olor de santidad”) .
  • 28 mayo 1933: Catalina Labouré es beatificada por Pío XI.
  • 27 julio 1947: Catalina Labouré es canonizada por Pío XII ; su fiesta litúrgica se fija el 31 de diciembre.

Valor espiritual y significado religioso

Medalla Milagrosa: Su gran valor es la confianza filial en la protección de María Inmaculada. Los católicos la consideran un sacramental mariano que suscita conversiones y ayuda en la lucha contra el mal (la Virgen aparece pisando la serpiente), sobre todo en momentos críticos (enfermedad, prueba, agonía). El Papa Pío XII, al canonizar a Catalina, destacó que la Virgen quiso con esta medalla «ser para nosotros como un remedio» (Discursos de Pío XII, 1947).

Escapulario Verde: Representa el amor maternal de la Virgen a quienes ya no tienen la fe o han decaído en su práctica religiosa. Su valor espiritual radica en fomentar la conversión continua y la esperanza en la misericordia de María. Se le atribuyen testimonios de curaciones espirituales y reconciliaciones con Dios en el lecho de muerte. La sencillez de su uso (colocado en las pertenencias o sobre el pecho) y la promesa de una “muerte feliz” atraen a quienes buscan la paz del alma. Aunque el escapulario en sí mismo no «asegura» automáticamente gracia, sí motiva una oración persistente (“Inmaculado Corazón…” ) y la confianza en la intercesión maternal de María.

Escapulario Rojo: Es un recordatorio del sufrimiento redentor de Cristo y del amor compartido de los Corazones de Jesús y María. Su valor es aumentar en los fieles la devoción al Viernes Santo cotidiano: al contemplar los símbolos de la Cruz y rezar la oración asociada, se profundiza la gratitud por la Pasión del Señor. La Iglesia ha incentivado rezar por los moribundos y por las almas alejadas de Dios, precisamente centrándose en los méritos de la Pasión. Los promotores del escapulario rojo subrayan que no es “un talismán” sino un medio gráfico para “seguir las huellas” de Jesús en la vida diaria, como instrumento de gracia para fortalecer la caridad y la esperanza .

En síntesis, los sacramentales marianos como la Medalla Milagrosa, el Escapulario Verde y el Escapulario Rojo son medios concretos de la devoción popular que, lejos de reemplazar los sacramentos, ayudan a los fieles a mantenerse en gracia divina. Ofrecen recordatorios visuales de la protección y del amor de Dios a través de María y de la Pasión de Cristo, e incitan a la oración confiada y al cambio de vida según los mensajes revelados. Estas devociones, aprobadas oficialmente por la Iglesia, han florecido en testimonios de conversión y han quedado como legado espiritual en la tradición católica vicenciana.

Videos con el resumen de cada sacramental.







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