LECTURAS Y
REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS DE TODOS LOS DÍAS

Día 6 Novena a Santa Luisa de Marillac
mayo 5

- ORACIÓN para todos los días
Padre Misericordioso, de infinita bondad,
que en la vida de Santa Luisa de Marillac nos has mostrado un ejemplo radiante de caridad y servicio, te pedimos que, inspirados por su devoción y fortaleza, podamos vivir con la misma entrega y amor hacia los más necesitados. Que su legado de compasión y acción continúe iluminando nuestros pasos en la búsqueda de la justicia y la paz, y que, al igual que ella, encontremos en cada acto de bondad una vía hacia la santidad. Concédenos la gracia de seguir su ejemplo, sirviendo a Ti en nuestros hermanos y hermanas con humildad y alegría, y que, a través de nuestras obras, se refleje en el mundo la luz de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
- ORACIÓN de abandono
(Obras Completas, Marillac, pág. 673)
Te adoro, ¡oh mi buen Dios! y reconozco haber recibido de ti mi
conservación; y por el amor que te debo, me abandono enteramente a las disposiciones de tu Santa Voluntad; y aunque llena de flaquezas y de motivos de humillación por mis pecados, me confío a tu misericordia y te suplico, por el amor que tienes a tus criaturas, la asistencia de tu Espíritu Santo, para el total cumplimiento del designio que, desde toda la eternidad, ha tenido tu Santa Voluntad sobre mi alma y sobre todas las que han sido redimidas por la sangre de Jesucristo tu Único hijo.
Padre nuestro, Ave María y gloría.
DÍA 6
LA PACIENCIA EN LA ENFERMEDAD Y EL SUFRIMIENTO
Signo: Un ramo de flores silvestres
1. Introducción:
Santa Luisa vivió múltiples sufrimientos: enfermedades constantes, dudas interiores, pruebas familiares. Pero su respuesta no fue la queja ni la desesperanza, sino la paciencia confiada. Hoy, colocamos un ramo de flores silvestres como símbolo de los frutos que nacen cuando abrazamos el sufrimiento con amor y paciencia.
2. Texto Bíblico:
Santiago 1, 2-4
«Tengan por sumo gozo, hermanos míos, el que se vean sometidos a diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Y que la paciencia lleve a su obra perfecta, para que sean perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna.»
3. Escrito de Santa Luisa de Marillac:
«No dormía casi nada ninguna noche; pero tenía tal paciencia que a las personas que estaban junto a él no les causaba ninguna incomodidad con ello. Creo que en esta última enfermedad Dios lo ha querido hacer participante de la imitación de las penas de su muerte; porque ha sufrido en todo su cuerpo y ha perdido totalmente su sangre, y su espíritu ha estado casi siempre ocupado en la meditación de su pasión. […] Yo estaba sola con él para asistirle en este paso tan importante, y él dio testimonio de tal devoción que mostró hasta el último suspiro que su espíritu estaba pegado a Dios.»
(Carta al R.P. Hilarión Rebours, finales de diciembre de 1625)
4. Reflexión:
La paciencia no es solo «aguantar» el dolor. En la visión cristiana, es un acto profundo de amor y confianza en Dios. Santa Luisa vio en la enfermedad y el sufrimiento una oportunidad para unirse más íntimamente a la Pasión de Cristo.
En el texto que leemos, ella narra la enfermedad terminal de un ser querido. El detalle que resalta no es tanto el sufrimiento físico, sino la serenidad del alma, la devoción viva, la unión íntima con Dios hasta el último instante.
Santiago nos recuerda que las pruebas perfeccionan nuestra fe. No estamos solos en el dolor: cada lágrima, cada momento difícil, si es ofrecido en amor, nos transforma en discípulos verdaderos de Jesús crucificado.
El ramo de flores silvestres que hoy presentamos es pequeño y humilde, pero brota de tierras ásperas: así también, la paciencia verdadera florece en terrenos difíciles, convirtiéndose en el adorno más precioso del alma cristiana.
5. Preguntas para la reflexión:
- ¿Cómo afronto las enfermedades o los sufrimientos personales?
- ¿Veo mis pruebas como oportunidades para unirme más a Cristo?
- ¿Qué actitudes necesito cambiar para vivir la paciencia verdadera?
6. Oración:
Señor Jesús,
Paciente Cordero de Dios,
que abrazaste el dolor por amor a nosotros,
enséñame a vivir mis sufrimientos con fe y serenidad.
Que como Santa Luisa,
pueda descubrir en cada cruz una oportunidad para amarte más,
y ofrecer mis dolores como flores para tu gloria.
Dame, Señor, la gracia de la paciencia,
para que en la enfermedad y en las pruebas,
te sea fiel hasta el final.
Santa Luisa de Marillac,
modelo de paciencia en el sufrimiento,
intercede por nosotros.
Amén.
- ORACIÓN al Espíritu Santo
(Obras completas, Marillac. pág. 827)
Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, ven a purificar y embellecer mi alma para que sea agradable a mi Salvador y que yo pueda recibirle para gloria suya y mi salvación. Con todo mi corazón te deseo ¡oh Pan de los Ángeles, no mires mi indignidad que me aleja de ti, sino tu Amor que tantas veces me ha invitado a acercarme. Te ruego que te des todo a mí, Oh Dios mío! y que tu preciosísimo Cuerpo, tu Alma santa y tu gloriosa Divinidad a quien adoro en este Santísimo Sacramento, tomen entera posesión de mi misma.
¡Oh dulce Jesús, oh buen Jesús, mi Dios y mi Todo! Ten piedad de todas las almas rescatadas con tu preciosísima Sangre, hiérelas fuertemente con un dardo de tu Amor para tornarlas agradecidas al Amor que te ha hecho darte a nosotros en este Santísimo Sacramento, por el cual te ofrezco la gloria que tienes desde toda la eternidad en ti mismo, todas las gracias de que has colmado a la Santísima Virgen y a los Santos y la gloria que ellos te tributarán eternamente por ese mismo Amor.
- ORACIÓN a la Santísima Virgen María
de Santa Luisa de Marillac
Santísima Virgen, creo y confieso tu Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Purísima Virgen!, por tu pureza virginal, tu Inmaculada Concepción y tu gloriosa cualidad de Madre Dios, alcánzame de tu amado Hijo: la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, cuerpo y espíritu, la perseverancia en mi vocación, el don de oración, una santa vida y una buena muerte.
- GOZOS
Oh Santa Luisa, llena de bondad,
en tu alma resplandece la caridad.
Con tu vida nos enseñas a vivir,
sirviendo a los pobres, sin cesar de sonreír.
Tu corazón, puro y generoso,
se entregó a Cristo, fiel y amoroso.
En el servicio hallaste tu vocación,
uniendo en tu pecho fe y compasión.
2.
En el rostro del hermano sufriente,
te encontraste con Cristo presente.
Cada paso tuyo, marcado por amor,
fue un eco de esperanza, un reflejo del Señor.
La cruz, tu guía y tu inspiración,
te enseñó a abrazar la redención.
Con humildad y fortaleza interior,
fuiste luz en el camino del Salvador.
3.
Tu vida consagrada al servicio fiel,
se convirtió en un canto de gloria y de bien.
Con manos abiertas y corazón ardiente,
destejiste el egoísmo, hilando la gente.
Como una madre, diste todo por amor,
sembrando en los corazones un rayo de ardor.
A los más pobres, a los más necesitados,
les diste esperanza con gestos sagrados.
4.
En la Pascua de Cristo, tu fe resplandece,
como testigo de un amor que nunca perece.
Tú, Santa Luisa, caminaste en su luz,
hacia la vida eterna, hacia el cielo en cruz.
Que tu vida de servicio, llena de pasión,
nos inspire a vivir con toda devoción.
En cada acción y en cada oración,
sigamos tu huella con un mismo corazón