LECTURAS Y
REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS DE TODOS LOS DÍAS

Lectio divina de la Ascensión del Señor
junio 1

Lectio Divina – Solemnidad de la Ascensión del Señor (01 de junio de 2025)
Texto guía: Hch 1,1-11 | Sal 46 | Ef 1,17-23 | Lc 24,46-53
1. LECTIO (¿Qué dice el texto?)
Primera Lectura – Hechos 1,1-11:
Lucas retoma su relato para Teófilo, afirmando que Jesús, tras su resurrección, se apareció durante 40 días y dio instrucciones a sus apóstoles. Les anuncia la venida del Espíritu Santo y su misión como testigos hasta los confines de la tierra. Luego, asciende al cielo ante sus ojos, y dos ángeles les confirman que volverá del mismo modo.
Salmo 46:
Un canto de victoria y majestad. Dios asciende entre aclamaciones y trompetas. El pueblo celebra su reinado universal y su trono sagrado.
Segunda Lectura – Efesios 1,17-23:
San Pablo ora para que los cristianos comprendan la esperanza a la que han sido llamados y el poder de Dios manifestado en Cristo, resucitado y exaltado sobre todo. Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y plenitud.
Evangelio – Lucas 24,46-53:
Jesús recuerda a sus discípulos que su pasión, muerte y resurrección eran necesarias y que ahora deben anunciar el perdón y la conversión. Les promete el Espíritu Santo. Luego, los bendice y asciende al cielo. Los discípulos regresan a Jerusalén llenos de alegría y perseveran en la oración y alabanza.
2. MEDITATIO (¿Qué me dice el texto?)
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La Ascensión no es despedida, sino plenitud: Jesús no abandona a sus discípulos. Al subir al cielo, inaugura su reinado y abre un nuevo modo de presencia: invisible, pero real, en la Iglesia y en los sacramentos.
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Somos testigos de la Resurrección: El mandato de Jesús es claro: ser testigos, anunciar el perdón y la conversión, empezando por nuestra realidad más cercana.
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La promesa del Espíritu: La espera no es pasiva, sino orante y expectante. La Ascensión marca el inicio de un tiempo de misión en el Espíritu.
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Una alegría que transforma: Los discípulos se postran y vuelven “con gran alegría”. La fe pascual les ha cambiado. La Ascensión nos enseña que el Cielo no nos aleja de la tierra, sino que nos da sentido, esperanza y misión en ella.
3. ORATIO (¿Qué le digo a Dios?)
Señor Jesús,
tú has subido al cielo,
pero no nos has dejado huérfanos.
Nos prometiste el Espíritu,
y en Él nos haces tus testigos.
Haz que vivamos con los ojos en el cielo
y los pies bien firmes en la tierra,
trabajando por tu Reino,
anunciando tu Evangelio,
y bendiciendo a Dios cada día con nuestra vida.
Que no seamos cristianos paralizados mirando al cielo,
sino enviados con pasión, alegría y fe.
Amén.
4. CONTEMPLATIO (¿Qué conversión me pide Dios?)
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Elevar la mirada sin olvidar la tierra: Dios me llama a mirar al cielo, pero también a comprometerme con la historia concreta que me rodea.
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Ser testigo del Resucitado: No basta con haber escuchado; debo anunciar con la vida que Jesús vive y que su Reino transforma.
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Vivir con alegría misionera: ¿Mi fe se expresa con alegría? ¿Soy un discípulo que contagia esperanza o que transmite nostalgia?
5. ACTIO (¿A qué me comprometo?)
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Esta semana, oraré diariamente con el Salmo 46, proclamando con fe: “Dios asciende entre aclamaciones”.
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Haré un gesto concreto de evangelización: invitaré a alguien a orar, a misa, o compartiré un mensaje de fe y esperanza a quien lo necesita.
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Me comprometeré a preparar con más intensidad la venida del Espíritu Santo en Pentecostés: revisando mi oración, vida sacramental y misión.