LECTURAS Y
REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS DE TODOS LOS DÍAS

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Lectio Divina – Domingo del Tiempo Ordinario

julio 13

📘 1. Lectura – ¿Qué dice el texto?

En este pasaje del Evangelio de Lucas, un maestro de la ley pregunta a Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna. Jesús le devuelve la pregunta, y él responde correctamente con el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Pero buscando justificarse, el maestro pregunta: “¿Quién es mi prójimo?”. Jesús responde con la parábola del Buen Samaritano: un hombre herido es ignorado por un sacerdote y un levita, pero es auxiliado por un samaritano, un extranjero despreciado por los judíos. Jesús concluye preguntando quién fue el prójimo del herido, a lo que el maestro responde: “El que practicó la misericordia”. Jesús entonces le dice: “Anda y haz tú lo mismo”.


🧠 2. Meditación – ¿Qué me dice el texto?

Este texto me confronta con una verdad profunda: no basta saber lo que dice la Ley, sino vivirla. El verdadero amor a Dios se manifiesta en la compasión hacia el prójimo, incluso cuando ese prójimo no forma parte de mi grupo o mis afinidades. Jesús rompe esquemas culturales al presentar como modelo de misericordia al samaritano. ¿Quiénes son hoy los “heridos del camino” a los que evito mirar? ¿Quiénes son los que necesitan que me acerque con ternura, sin prejuicios?


✝️ 3. Oración – ¿Qué le digo a Dios?

Señor Jesús, tú que eres el rostro visible del amor del Padre, enséñame a amar como tú. Que no me detenga en juicios, apariencias o excusas para pasar de largo ante el dolor ajeno. Que mi corazón se asemeje al del Buen Samaritano, lleno de misericordia y valentía. Perdona mis indiferencias, mis silencios ante el sufrimiento. Dame entrañas de compasión para vivir la fe no sólo en los labios, sino en mis manos, en mis pasos, en mis decisiones.


🔍 4. Contemplación – ¿Cómo interiorizo el mensaje?

Contemplo al samaritano bajando del camino, deteniéndose, vendando heridas, compartiendo su cabalgadura, cuidando al necesitado. No tiene prisa. No pregunta si el otro es digno de ayuda. Sólo ve el dolor y actúa. En silencio, dejo que ese ejemplo se grave en mi corazón. Imagino también a Jesús inclinándose ante mí, curando mis heridas con vino y aceite. Y escucho su voz: “Anda, y haz tú lo mismo”.


🏞️ 5. Acción – ¿A qué me compromete el texto?

Me comprometo esta semana a practicar un gesto concreto de misericordia con alguien que lo necesite: un enfermo, un vecino olvidado, un migrante, una persona con la que tengo resentimientos. También examinaré mi forma de vivir la fe: ¿es sólo oración y culto, o se traduce en caridad activa? Buscaré mirar a los demás con ojos compasivos y salir de mí mismo como el Buen Samaritano.


✨ Conclusión

La Primera Lectura (Dt 30,10-14) nos recuerda que la voluntad de Dios no es lejana ni inalcanzable: está cerca, en el corazón, lista para ser vivida. El Salmo nos invita a buscar al Señor con humildad, porque Él escucha a los pobres y no desprecia a los cautivos. La Segunda Lectura (Col 1,15-20) nos muestra a Cristo como centro de toda la creación y cabeza de la Iglesia, el que reconcilia todo por medio de su cruz. Y en el Evangelio, Jesús nos enseña que la verdadera vida eterna se alcanza amando concretamente al prójimo con gestos de compasión. Esta es la fe que agrada a Dios: la que pasa de la ley a la misericordia.

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