Por: Andrés Felipe Rojas, CM
Seminarista Vicentino

Si nosotros no solo entráramos a Jesús con adornos a nuestros templos el domingo de Ramos, sino también entráramos a los migrantes y los pobres a nuestras casas; si no solo besáramos los pies limpios a los que se disfrazan de apóstoles el jueves santo, sino también besáramos y compartiéramos el pan con los marginados; si en vez de crucificar a Jesús este viernes Santo, bajáramos del leño a tantas personas discriminadas y empobrecidas ¿No les parece que sería la mejor Semana Santa? (Facebook- Felipe Rojas- 10 de abril)

Procesiones, Horas Santas, decoraciones, visita de monumentos, representaciones en vivo, sermones y retiros son algunos actividades que los católicos, alrededor del mundo, realizamos para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo; pero en países latinoamericanos, donde el triduo pascual son también días festivos, es decir no laborales; muchos convierten la Semana Mayor, en tiempo de vacaciones y parrandas.

Y qué decir de los católicos, turistas o curiosos, espero que no sean muchos, que viven la Semana Santa como espectadores, sólo por la belleza de las procesiones o por la decoración de los templos. Por eso queremos recordar a la Familia Vicentina y católicos en general, cuales son las claves para vivir estos días santos con compromiso social y espiritualidad encarnada.

1. EL VIACRUCIS DE CRISTO ES EL MISMO DE LOS POBRES:

El Cristo que esta cargando la cruz en los templos, es el mismo que recorre con su mochila al hombre las calles de la ciudad buscando justicia y caridad. Los pobres son realmente el tesoro de la Iglesia, en boca de San Vicente, el lote propio de la comunidad; antiguamente el titulo «vicario de Cristo» estaba destinado en exclusividad a los pobres, porque la comunidad primitiva hizo suyo el sufrimiento de los cristianos y no cristianos que sufrían hambre y desnudez.

Hoy en día mucho se habla de la pobreza y de sus causas, muchos quieren presentar la pobreza como un problema personal, es decir de mentalidades, para quitar de encima la carga moral que implica saber que mientras yo tengo otros no tienen. La pobreza es una carencia de oportunidades, de beneficios. Pensemos en los campesinos que trabajan de sol a sol y no se les remunera lo suficiente, o los obreros que trabajan bajo condiciones pésimas y el sueldo no suple todas las necesidades básicas, porque los precios de los productos son más elevados, mientras que los gobernantes y los dueños de grandes empresas siguen aumentando sus riquezas.

A esta fila de los pobres se suman los inmigrantes, la situación triste de tantos venezolanos, en el caso de América Latina, que han tenido que salir de su país por la carencia de alimentos y el pésimo sistema de salud, ese éxodo masivo de hombres y mujeres es realmente aterrador y parece que a muchos siguen sin conmoverse.

En países como Nicaragua, Haití, Siria, Sudán del Sur, etc. donde las víctimas fatales por causa de la guerra siguen aumentado y dejando a su paso la más triste destrucción y muerte, los organismos internacionales pareciesen que permanecieran indiferentes.

Toda esta realidad, es la misma realidad de Cristo, con Jesús caminan los pobres, los que sufren injusticias, las víctimas de la guerra, etc. Esa procesión de indolencia y muerte siguen manchando nuestras calles y plazas con la sangre de los inocentes, y hoy como ayer seguimos permaneciendo indiferentes, como simple espectadores, pensando que la culpa es del otro y no es mía. ¿Quieren asistir a un verdadero viacrucis? Basta con salir a las calles y abrir los ojos para ver al anciano que aun camina descalzo con un costal al hombro, o la mujer indígena desplazada que camina con sus niños pidiendo pan. ¡Qué dolor Cristo! Verte aun clavado en la cruz con el rostro del campesino, del pobre, del habitante de calle, y no hacer nada para aliviar tu dolor o bajarte de la cruz.

2. TIEMPO PARA IMITAR A JESÚS Y ORAR:

Para las personas que tuvieron la oportunidad de orar con el Viacrucis Vicentino, para San Vicente de Paúl, la pasión y muerte de Nuestro Señor es modelo de las virtudes cristianas que nos deben caracterizar como seguidores de Jesucristo. La pobreza en medio de un mundo consumista; la humildad y la sencillez en una sociedad donde crece el individualismo, la mortificación en contra de los principios hedonistas y autocomplacientes de la actualidad, etc.

El pasado 11 de abril de 2019 el Papa Francisco se arrodillo para besar los pies de líderes de Sudan del Sur, que han vivido una guerra civil por muchos años. Estas actitudes las llamo yo: Performance (del arte vanguardista) Proféticos (al estilo Bíblico), son, en otras palabras, acciones concretas para desarmar de forma no violenta al que viene ante mi con odios y venganzas y desenmascarar su inhumanidad. En Jesús también encontramos estos Performance Proféticos: la Entrada a Jerusalén, la expulsión de los mercaderes del templo, la actitud frente a la mujer adúltera en Juan 8, entre otros muchos más.

La Invitación es ir contracorriente y tomar el Evangelio con radicalidad, necesidad que se hace cada vez más apremiante en nuestros tiempos, donde la identidad de cristianos se pierde en la sociedad líquida en que vivimos. Necesitamos volver a las fuentes donde esta Jesucristo anunciando y proclamando el reinado de Dios, con justicia, verdad y amor a los marginados y oprimidos.

Hoy es difícil hablar de un “desapegarse de los bienes terrenos” y más cuando prima la necesidad de consumo y los principios de uso y desuso que rigen el mundo contemporáneo. “anda y vende todo lo que tiene y dáselo a los pobres” (Mc 10, 21) que lapso hemos vuelto el mensaje de Jesús, porque nuestra mentalidad nos llama a acumular y desperdiciar, y no a donar y ahorrar.

La citada frase de san Vicente: “Amemos a Dios, hermanos míos, amenos a Dios, pero que sea a costa de nuestros brazos y que sea con el sudor de nuestra frente.” (XIB p. 733) es una muestra clara que el compromiso con los pobres no es una actitud superficial sino que va más allá, pasar del “amor afectivo al efectivo”. Y si sacamos excusa frente a quienes ayudar y a quienes no, debemos decir con san Vicente que entre más sucios y pobres, más claro está el rostro de Cristo, “Pero dadle la vuelta a la medalla y veréis con las luces de la fe que son ésos los que nos representan al Hijo de Dios, que quiso ser pobre; él casi ni tenía aspecto de hombre en su pasión y pasó por loco entre los gentiles y por piedra de escándalo entre los judíos; y por eso mismo pudo definirse como el evangelista de los pobres” (XIB 725).

Podemos terminar este consejo con una oración del mismo san Vicente que nos mueve a ser fuertes cuando el mundo nos desprecia y nos odia porque nuestro mensaje es contrario a su reino de sufrimiento y muerte: “¡Oh Salvador de nuestras almas, que nos has llamado al seguimiento de tus máximas y a la imitación de tu vida humilde y despreciada! Pon en nosotros las disposiciones necesarias para sufrir, de la manera que tú deseas, las persecuciones que tengas a bien enviarnos. Afírmanos en ese estado bienaventurado que has prometido a las personas afligidas y perseguidas. Haz que nos mantengamos firmes en la persecución, sin huir ni doblegarnos ante los ataques del mundo. Te lo pido por el mérito de tus sufrimientos” (XIB p. 573)

3. LA MISIÓN Y LA CARIDAD:

Las dos alas de la Espiritualidad Vicentina, para elevar el Espíritu hacia Dios y nuestros hermanos los pobres. En Colombia este año estamos meditando el verbo ACOGER (mencionado por el Papa en Roma en el año 2017 en el Simposio de la Familia Vicentina) para prepararnos a la celebración de los 150 años de la llegada de los vicentinos a nuestro país, en un artículo publicado a comienzo del año, hable de las acciones concretas para celebrar en clave de acogida. Ver aquí

En primer lugar la Misión: para quienes no pueden salir a lugares periféricos o lejanos, puede vivir ese compromiso en medio de la familia, con la formación de los hijos o nietos, en nuestras casas nos falta ser verdaderos testimonios, enseñar lo que verdaderamente importa, una familia que solo se relaciona mediante cosas materiales, genera lazos interesados y superficiales, yo no puedo esperar del otro un bien material, sino un gozo de sentirnos familia.

También esta misión se puede realizar formando y llevando a otros la alegría del Evangelio, como lo ha resaltado tanto el papa Francisco, es la verdadera misión, que también se puede complementar siendo voluntarios o ayudando activamente en la parroquia u ofreciéndonos a llevar la Buena Nueva a las zonas rurales.

Y por último la caridad, buscando la promoción social de los pobres y atendiendo a los llamados más urgentes, o por lo menos no hacer parte del círculo que promueve la injusticia y el odio. Qué bueno sería que cambiáramos de mentalidad frente a los pobres, cuando creemos que son sólo agentes pasivos de nuestra atención, o cuando son usados en las fotos para mostrar que se hace algo.

Si pensáramos más en que son hombres y mujeres que buscan salir de su pobreza, buscando oportunidades laborales o educativas y que es el mismo Cristo cuando atendemos a esos niños huérfanos o a esos ancianos abandonados. Ellos: pobres, abandonados, víctimas de la violencia, son los vicarios de Cristo, ellos caminan con su la pesada cruz y son obligados a llevarla hacia las periferias de nuestras ciudades y pueblos donde mueren de hambre, o terminan traspasados por las lanzas del conflicto y la violencia.

Para este tema de la Pobreza, encontré por Facebook este interesante vídeo, que cada uno puede tomar de él para su reflexión:

También debemos ser profetas capaces de denunciar hechos que van contrarios a la fe: como el aborto o que van en contra de la dignidad humana: las violaciones, la violencia intrafamiliar, la discriminación, etc. Si usted es testigo de estos casos, denúncielos, busque la manera de cambiar la realidad de estas personas que viven un verdadero infierno.

4. EL CENTRO DE LA PREDICACIÓN ES LA RESURRECCIÓN:

Los fieles asisten con más seguridad a un viacrucis que a una vigilia Pascual, es por eso que se quedan con un Cristo muerto y desconocen que aquél que Resucitó, esta vivo en medio de su pueblo, haciendo nuevas todas las cosas.

La respuesta de los poderosos frente al proyecto del Reino de Dios es siempre muerte y la propuesta de Dios al hombre es siempre VIDA; por eso nos da en Jesús el mejor ejemplo de la vida en abundancia, porque cuando la vida no es donación, es una vida estéril, muerta. «Si el grano de tierra no cae y muere, queda sólo» Juan 12, 24

Podemos predicar la cruz, en una sociedad light y evasora del dolor, pero no es un cruz personal e intransferible, es una cruz compartida y que nos da la capacidad de sensibilizarnos y «abrir los ojos» ante las injusticias y esclavitudes actuales.

Para profundizar un poco más sobre la verdadera predicación en Semana Santa, en Corazón de Paúl sacamos este vídeo donde aclaramos algunos aspectos de los días santos, en los que muchos predicadores laicos y consagrados se equivocan.

Este vídeo es por supuesto una lectura atenta de los textos Bíblicos, muchas cosas se pueden escapar, pero se trato de dar un breve esbozo de los acontecimientos pascuales.

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Por P. Andrés Felipe Rojas, CM

Sacerdote Misionero de la Congregación de la Misión, Provincia de Colombia. Fundador y Director de Corazón de Paúl. Escritor de artículos de teología para varias paginas web, entre ellas Religión Digital. Autor de varias novenas y guiones litúrgicos. Actualmente párroco del Santo Cristo de Guaranda (Sucre)

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