Todos en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por una crisis, de algún modo nos hemos llegado a preguntar ¿qué hacemos aquí? o ¿por qué escogí esto y no esto otro?

La realidad es que muchas veces soñamos con modos de vida distinto, viendo solo las maravillas y ventajas, pero pronto nos desinflamos cuando vemos que siguen los mismos problemas, porque no ha cambiado nuestra actitud frente a la vida.

Esta carta de San Vicente de Paúl dirigida al Padre Santiago de la Fosse, misionero en Troyes, fechada el 16 de octubre de 1658, esta cargada de un mensaje de aliento y una hermosa reflexión del santo.

Disfruten su lectura….

Padre:

La gracia de Nuestro Señor sea siempre con nosotros. La verdad es que su petición me dejó totalmente sorprendido como usted mismo me dice. Efectivamente, Padre, ¿cómo no va a sorprenderme esa duda que tiene usted de su vocación después de los dieciocho o veinte años que lleva usted en la compañía, después de haberla examinado a fondo en los ejercicios que usted hizo al entrar, transcurridos dos años de seminario, y después de haber hecho voto a Dios de permanecer en ella, tal como lo hizo hace varios años? Pues, aunque no los haya renovado usted después del breve, esos primeros votos no dejan de ser promesas hechas a Dios, que hay obligación de guardar en conciencia. Después de haber trabajado tanto en la compañía, en diversas ocupaciones y con la bendición de Dios, después de todo eso, ¡decirme que quizás no ha sido llamado! ¿No va a sorprenderme esa pregunta? Le contestaré, sin embargo, ya que así lo desea, diciéndole que después de todo eso Dios le pide que persevere usted hasta el fin. Todos los pensamientos que se le ocurren en contra no son más que tentaciones del espíritu maligno, que tiene envidia de la felicidad que usted tiene de servir a Dios.

Pero siento repugnancias; ni los votos, ni las prácticas, ni siquiera el espíritu de la Misión se compaginan con mi manera de ser, aunque los aprecio mucho ¿Y dónde no tendría usted repugnancias? ¿No están todas las condiciones de vida rodeadas de dificultades? ¿Dónde ve usted a una persona que esté totalmente contenta de su estado? Créame, Padre, que aparte de los peligros de salvación en que se está en el mundo, encontraría usted allí muchas cruces y disgustos. E incluso si se sale para entrar en otra comunidad, no crea que va a verse allí libre de esfuerzos, que no necesitará obedecer, que no habrá prácticas que, lo mismo que las nuestras, no se compaginen con su manera de ser. Cuando pensamos en otro estado, sólo miramos lo que tiene de agradable; pero cuando estamos en él, experimentamos todas sus molestias y todo lo que hay en él en contra de la naturaleza. Por consiguiente, Padre, quédese tranquilo; prosiga su viaje hacia el cielo en el mismo barco en que Dios le ha puesto. Así lo espero de su bondad y del deseo que usted tiene de hacer su voluntad.

Soy en su amor su muy humilde servidor,

VICENTE DEPAUL
indigno sacerdote de la Misión

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Por P. Andrés Felipe Rojas, CM

Sacerdote Misionero de la Congregación de la Misión, Provincia de Colombia. Fundador y Director de Corazón de Paúl. Escritor de artículos de teología para varias paginas web, entre ellas Religión Digital. Autor de varias novenas y guiones litúrgicos. Actualmente párroco del Santo Cristo de Guaranda (Sucre)

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