Al abrir un Misal o una Liturgia de las Horas, se puede encontrar una firma: Bugnini. Es el obipo vicentino que estuvo detrás de la gran reforma litúrgica, que abrió el paso a una nueva interpretación de nuestro estar en la Iglesia.

Pero a la hora de buscar material para contar su historia en nuestra página, me sorprendí, es cierto que en el mundo existen movimientos oscurantistas, tradicionalistas, enemigos del concilio ecuménico Vaticano II, con ideas conspiracionistas, animados por páginas sectarias y peligrosas como lo son Gloria TV y otras que atacan desde la oscuridad incluso al Papa Francisco.

La historia nos cuenta eventos parecidos en el tiempo, como en la época de Trento, cuando un sacerdote afirmaba que con dicho Concilio, la Iglesia se había separado de la tradición y se aproximaba a su fin, y ya ven que la Iglesia sigue viva.

Monseñor Bugnini, lo tratan de masón y entre los títulos más divertidos está el de «sepulturero de la misa tridentina»

Para entender un poco el papel de las reformas post conciliares, es necesario escudriñar el espíritu del Vaticano II, que sacó a la Iglesia del oscuro medievalismo y la transportó a la edad moderna, permitiendo que ella se sentará en la mesa del diálogo con el mundo.

Fue un retorno a las tradiciones, que por cientos de años, más y más se separaban de su fuente. Las celebraciones litúrgicas, entre ellas la Eucaristía, se había armado de un caparazón sin sentido, una Misa a espaldas y en un idioma que la gente no entendían, pero lejos de querer criticar las sacro sanctas tradiciones de la Iglesia, es bueno afirmar con contundencia: ¡que el Concilio fue lo mejor que le ha pasado a la Iglesia Católica en cientos de años!

Abrimos las puertas, las ventanas, los corazones a Jesús que quería hablarnos cara a cara, desde nuestra realidad, con los sonidos y símbolos que implicaban al hombre moderno. La mejor tradición es la lectura atenta del Evangelio, escuchando los signos de los tiempos y aprendiendo de las primeras comunidades cristianas que sentaron las bases de nuestra Religión. ¡Jesús no hablaba en Latín!

La Iglesia no está en crisis por el Concilio Vaticano II, son algunos que están sumergidos en la desesperanza, con ideas milenaristas, esperando sentados a la vera del camino que el Señor arregle el mundo, cuando el mismo nos ha dicho «denles ustedes de comer», la máxima evangélica que nos invita a asumir la causa de los pobres y anunciarles la Buena Nueva con el lenguaje de hoy.

Esta es la historia de Monseñor.

Nació el 14 de junio de 1912 en Civitella del Lago (Umbria, Italia). El 26 de julio de 1936 fue ordenado presbítero para la Congregación de la Misión. Posteriormente se doctoró en Teología por la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino en 1938. En 1947 se le designó editor de la revista “Ephemerides Liturgicæ», dedicada a la reforma litúrgica.

En 28 de mato de 1948 el papa Pio XII lo designó como secretario de la Comisión para la Reforma Litúrgica que revisó la Vigilia Pascual y el resto de celebraciones de Semana Santa.

Fue secretario de la comisión preparatoria de liturgia del Concilio Vaticano II, y durante éste, fue designado perito de la comisión conciliar para la sagrada liturgia.

En 2 de enero de 1965 el beato Pablo VI lo nombró secretario de la Consilium ad exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia, la instancia que pondría en funcionamiento la reforma litúrgica deseada por el Concilio en la Constitución Sacrosanctum Concilium.

El 22 de febrero siguiente, al ser creado cardenal Enrico Dante, el papa Pablo VI lo designó comisario interino de la Prefectura de las Ceremonias Papales. Sin embargo, aunque Mons. Bugnini dirigía las celebraciones nunca actuó como ceremoniero pontificio y nunca estuvo al lado del papa. De eso se encargaban ceremonieros pontificios. En un primer momento, Mons. Salvatore Capoferri y, posteriormente, Mons. Adone Terziarol.

Reforma Litúrgia- Fuente Wikipedia.

El 28 de mayo de 1948 el Papa Pio XII hizo secretario a Bugnini de la Comisión para la Reforma Litúrgica que revisó la Vigilia Pascual en 1951 y revisó las ceremonias para el resto de la Semana Santa en 1955. En ese mismo año la comisión hizo cambios en las rúbricas de la misa y del Oficio Divino, suprimiendo muchas octavas y vigilias, y aboliendo las Primeras Vísperas de muchas fiestas. La comisión siguió con la reforma del Código de Rúbricas en 1960 que llevó a nuevas ediciones del Breviario de 1961 y el Misal Romano de 1962.

El 25 de enero de 1959 el Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II. En 6 de junio de 1960, Bugnini fue nombrado como secretario para la preparación de la Pontificia comisión de Liturgia. El 21 de octubre de 1962 fue nombrado para la comisión Conciliar para la sagrada liturgia como experto. Al mismo tiempo, Bugnini fue sustituido en su cargo en la Pontificia Universidad Lateranense en Roma.

El Concilio Vaticano II aprobó la Constitución Sacrosanctum Concilium el 4 de diciembre de 1963. El 3 de enero de 1964, el Papa Pablo VI nombró a Bugnini como Secretario de «Consilium» para la puesta en funcionamiento de la Sacrosanctum Concilium y en mayo de 1969 fue nombrado como Secretario de la Congregación para el Culto Divino El 13 de febrero de 1972 fue nombrado obispo de Diocletiana. El 16 de julio de 1975 el Papa Pablo VI anunció la fusión de la Congregación de Bugnini con la Congregación para los Sacramentos en la nueva Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos de la cual Bugnini no sería secretario. El 4 de enero de 1976 Bugnini fue asignado como diplomático pro-nuncio en Irán. Bugnini murió en Roma el 3 de julio de 1982.

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Por P. Andrés Felipe Rojas, CM

Sacerdote Misionero de la Congregación de la Misión, Provincia de Colombia. Fundador y Director de Corazón de Paúl. Escritor de artículos de teología para varias paginas web, entre ellas Religión Digital. Autor de varias novenas y guiones litúrgicos. Actualmente párroco del Santo Cristo de Guaranda (Sucre)

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