Por: Óscar Fabián Betancourt Reina (Seminarista Vicentino- Colombia)

En el siguiente artículo, el autor aborda el tema central del libro del Apocalipsis, el contexto histórico en el que se desarrolla el acontecimiento Bíblico, el genero que utiliza y la tradición veterotestamentaria que proporciona un valor profético mucho más elocuente. Al final proporciona unas preguntas para la reflexión.

El libro del Apocalipsis. ¿Fatalismo o Esperanza?

En estos tiempos donde vivimos la tensión y la angustia a causa de la expansión del virus COVID-19 existen diversas formas de situarse ante esta realidad. Una actitud que acentúa el miedo es pensar que se aproxima el fin del mundo, o que Dios se está vengando con la humanidad por el pecado; a estas conclusiones llegan algunos, que haciendo una interpretación fatalista de la Sagrada Escritura, principalmente del libro del Apocalipsis, quieren dar una explicación al mal que ahora nos circunda. Por este motivo propongo que se haga una lectura de la realidad desde la fe cristiana y un acercamiento al libro del Apocalipsis para acrecentar nuestra esperanza en tiempos de crisis.

Para acercarnos al libro del Apocalipsis es oportuno partir de algunos datos principales de la obra:

• La finalidad del libro es alentar a las primeras comunidades cristianas que sufrían la persecución del Imperio opresor, y al hablar de persecución se supone un aislamiento en lugares donde la vida se pudiera conservar. En consecuencia, se puede afirmar que el libro del Apocalipsis se dirige a una circunstancia histórica concreta, que está ocurriendo y está por acontecer en un futuro próximo, por lo tanto el libro no expone ninguna predicción de la destrucción del mundo o del castigo de Dios. (Ap. 1, 1-3 “Revelación de Jesucristo, que le fue confiada por Dios para que manifestase sus siervos lo que ha de suceder pronto. Él envió a su ángel para dársela a conocer a su siervo Juan, que ha dado fe de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo: de todo lo que vio. Dichoso el que lea y dichosos los que escuchen las palabras de esta profecía y tengan en cuenta lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca”).

• En cuanto al lenguaje que usa el autor se puede ver la apropiación de símbolos, animales y seres antropomorfos para narrar una serie de acontecimientos fantásticos, que en el fondo lo que presentan es un acontecimiento histórico en clave simbólica, concretamente la situación dramática de la persecución de las primeras comunidades cristianas del Asia Menor y la visión de Juan de esta serie de acontecimientos desde el exilio (Ap. 1, 4 “Juan, a las siete iglesias de Asia. Gracia y paz a vosotros de parte de Aquel que es, que era, y que va a venir”).

• En cuanto a la narración se puede ver una lucha radical entre el bien y mal, entre la bestia y la mujer que va a dar a luz, entre las comunidades emergentes y el sistema imperial absoluto (Ap. 4, 1- 20, 15). Esto quiere decir que lo apocalíptico no está en el fin de la historia, sino en la lucha radical entre opuestos, entre dos fuerzas irreconciliables que combaten hasta que una salga victoriosa.

Teniendo en cuenta lo anterior se puede pensar en hacer una lectura distinta del mensaje que Dios quiso comunicar en aquel tiempo a las primeras comunidades del Asia Menor y que hoy se puede actualizar ante esta situación supremamente dramática y que nos llena de angustia.
Nos encontramos en una situación límite, así como las comunidades cristianas perseguidas a las que se dirige Juan, y en tal circunstancia Dios muestra la vigencia de su Palabra. El poder perseguidor al que ahora se enfrenta el mundo es la enfermedad, pero no lucha sola, está aliada con el egoísmo, que si bien, no es el origen del virus, es la causa de gran parte de su expansión. Es más, la enfermedad ha hecho ver el mal que está arraigado en el ser humano, el egoísmo, el cual se ve desenmascarado en esta situación que compromete a toda la humanidad.

Esa alianza mortal virus-egoísmo hace que se vea una situación apocalíptica, una lucha de la vida con la muerte. Es entonces donde se puede aplicar el mensaje del Apocalipsis. Es urgente reconocer el poder del mal y el daño que puede causar, nadie puede estar indiferente ante la realidad porque la indiferencia es otra forma de contribuir al mal que crece y que quiere acabar con la vida. Pero también es urgente identificar cómo se puede hacer opción por la vida y cómo se le puede quitar fuerza al egoísmo.

La gran transformación de la vida, la renovación del mundo que tan drásticamente narra el libro es la radical transformación del ser humano que Dios quiere que se realice. Según esto, se evidencia que Dios sigue siendo fiel a su creación, está en un continuo proceso de re-creación del hombre, en el cual revela que no se puede seguir igual, que hay que hacer una opción ahora para evitar la consumación súbita de la vida por el poder maligno.

Es ahora cuando el poder esperanzador de la vida se ha de fortalecer, un poder que se alimenta de conciencia de la realidad, de asimilación de todo aquello que se daba por hecho y que se ha debilitado a causa de las búsquedas individualistas, y de apoyo mutuo, porque el ser humano vive por el apoyo, no por la competencia. En otras palabras, cuando la situación es agobiante es cuando más se debe ser mejores seres humanos. Porque, ante una experiencia extrema se responde con una esperanza firme, activa, movilizante y concientizadora.

Es en ese sentido como se interpreta el tono creacional presente en los últimos capítulos del libro. La Nueva Jerusalén es la nueva forma de estar en la realidad, no es un escape a la historia, al contrario, es el momento para apropiarse de ella. Por lo tanto, la responsabilidad cristiana ante las circunstancias que sacuden la existencia es discernir el momento que toca vivir y responder adecuadamente a la situación, actuando con solidaridad y cuidado mutuo. Sin duda la victoria de la vida se visualizará cada vez más próxima cuando las acciones humanas hayan dado ese cambio radical deseado por Dios.

Reflexión personal:

– Leer Apocalipsis 21, 1-8.
– ¿Qué son para mí el “Cielo Nuevo” y la “Tierra Nueva” en esta situación actual?
– ¿A qué se refiere Juan cuando habla de la “Nueva Jerusalén”?
– El versículo 3b. habla de la habitación de Dios en medio de su pueblo, ¿cómo descubro que Dios realmente habita en mí y en los demás?
– ¿Qué significa según el versículo 5 hacer las cosas nuevas?
– ¿A qué se refiere el texto cuando habla de “el vencedor”? (versículo 7)
– ¿Cómo interpreta el versículo 8?

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Por P. Andrés Felipe Rojas, CM

Sacerdote Misionero de la Congregación de la Misión, Provincia de Colombia. Fundador y Director de Corazón de Paúl. Escritor de artículos de teología para varias paginas web, entre ellas Religión Digital. Autor de varias novenas y guiones litúrgicos. Actualmente párroco del Santo Cristo de Guaranda (Sucre)

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